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El equipo prototipo ha sido probado en tierra. La capacidad para poner los elementos en órbita ya existe y el sistema sería conveniente a nivel económico.

La compañía británica Space Solar ha realizado con éxito las pruebas de laboratorio de su recolector espacial de energía solar. La idea es poner en órbita una versión mucho más grande de dicho ingenio en algún momento de la próxima década. Se calcula que sería capaz de suministrar energía para más de un millón de hogares.

El sistema, conocido como Cassiopeia, deberá rotar constantemente para que sus paneles estén siempre frente al sol. Al mismo tiempo, tiene que ser capaz de emitir la energía recolectada a un receptor en nuestro planeta. De funcionar correctamente supondrá una constante fuente de energía.

El beneficio de un sistema en órbita

Los sistemas de recolección de energía solar se han extendido notablemente durante los últimos años. Pero existe una poderosa razón para intentar instalar uno en el espacio, el rendimiento. Se calcular que un panel solar en órbita podría recoger hasta 13 veces más energía que uno en la superficie del planeta.

Esto ocurre porque se elimina la interferencia de las nubes y las atmósfera en general. Sin embargo, inevitablemente se perderá algo de energía durante la emisión. Otro aspecto clave que le da atractivo al proyecto es que su costo operativo sería de apenas un cuarto del que exige la generación de energía nuclear.

El problema de la logística

El sistema podría pesar en conjunto unas 2 mil toneladas. Por lo dicho habría sido descartado automáticamente hace unos pocos años atrás. Aún considerando su diseño modular y la posibilidad de subir las piezas en varias etapas. Afortunadamente Space Solar ya está en tratativas con SpaceX para la implementación de Starship, su cohete más poderoso. Utilizando este medio, según ha claculado, bastarían unos 68 lanzamientos para subir los elementos. La instalación estaría cargo de unidades robóticas en órbita.

Sigue siendo un gran esfuerzo, una enorme cantidad de lanzamientos. Pero podría valer la pena.

Como la luz del sol

Casi un detalle al margen es la necesidad que tiene la empresa de convencer al público de que el rayo de microondas que enviará al planeta es inofensivo. Según afirman los técnicos de Space Solar se trata de un cuarto de la fuerza del sol de mediodía, que además estaría enfocado en la estación de recepción. La estación se ubicaría lejos de cualquier centro urbano, posiblemente en el mar.

El beneficio en la reducción de la contaminación producida por otras fuentes de energía sería sin dudas bien recibido por la opinión pública.

China, Estados Unidos, y el resto de Europa, están trabajando en proyectos similares.

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