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Este tipo de acontecimiento solo había sido comprobado por evidencia en etapas muy posteriores al incidente. El registro obtenido muestra el final de un planeta de un tamaño similar al de Júpiter.
El miércoles se publicó en la revista Nature un estudio en el que un grupo de científicos ofrecían datos sobre un hecho muy particular. Un acontecimiento sobre el que se a hablado mucho, se ha encontrado evidencia, pero nunca antes había podido comprobarse de una forma tan directa. Se trata del momento en que una estrella crece hasta devorar uno de los planetas que la orbitan.
Esto ocurre en una etapa tardía del astro, cuando ha perdido una buena parte de su combustible.
El final de un planeta
El autor principal del escrito, Kishalay De, es miembro del Insituto para la Astrofísica e Investigación Espacial del MIT.
De recuerda haber estado buscando datos sobre erupciones en estrellas binarias cuando notó que una estrella había aumentado su brillo unas 100 veces durante una semana. Buscó entonces más datos en los archivos del Observatorio Keck en Hawaii. Allí encontró registros de moléculas muy frías, lo que no se correspondía con el estado de la estrella.
Un año después, luego de varios análisis junto a colegas y nuevos datos de una cámara infrarroja, fue más evidente la presencia del material frío.
La única respuesta posible era la emisión de un gas proveniente de la fusión de la estrella con otro cuerpo.
Más datos y análisis después se descubrió que la emisión era sorprendentemente pequeña: 1 milésimo de lo que supondría la combinación de dos estrellas. Fue en ese momento que los científicos llegaron a la conclusión de que se trataba de un planeta.
La proporción apuntaba a un planeta de un tamaño similar a Júpiter.
Una feliz coincidencia
La detección de este acontecimiento ha sido una más que feliz coincidencia, por el simple hecho de que no era algo que se estuviera buscando. Notablemente, el evento, observado se produjo en la constelación de Aquila, a unos 12 mil años luz de distancia. Lo que supone que antecede al fin de la última glaciación y la invención de la rueda en nuestro planeta.
Imagen: K. Miller/R. Hurt, Caltech/IPAC.
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