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El modelo es capaz de recrear los movimientos de un ser humano para una pieza musical particular. Sin embargo, no puede escuchar la música y reaccionar a los intérpretes. La improvisación es el próximo gran objetivo.

EveR 6 es un tobot de 1,80 metros, con mitad superior del cuerpo construida a imitación del cuerpo humano y la inferior simplemente como una plataforma. Esta configuración es justo la que necesita, dado que el ingenio mecánico tiene como objetivo actuar como un conductor de orquesta.

El proyecto es el resultado de la colaboración entre la Orquesta Nacional de Corea del Sur y el Instituto de Tecnología Industrial del mismo país.

El robot realizó su primera presentación dirigiendo a 60 músicos y ante unas 950 personas en el Teatro Nacional. Corea ha tenido otros robots actuando como conductores de orquesta. Pero esta es la primera vez que se realiza un concierto público.

El robot sordo

Soo-yeoul Choi, el conductor de orquesta que supervisa el proyecto ha señalado que el robot realiza un trabajo de emulación, pero en realidad no conduce. Explica que su inhabilidad para escuchar la música y responder a lo que la orquesta está realizando le impide realizar correcciones o establecer un rumbo. EveR 6 ha sido programado para emular los gestos realizados de un conductor para una pieza musical establecida.

La comunicación con los músicos y la improvisación son los elementos que los desarrolladores esperan poder incorporar en el futuro.

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