La compañía ha señalado que fue por pedido de las autoridades locales y aunque no está de acuerdo no tiene otra opción que cumplir.

Todas las empresas tienen principios, hasta que se enfrentan a un gobierno autoritario de una nación con un mercado demasiado importante para ser ignorado. En el caso de Apple su gran debilidad es China, que es su segundo mercado después de Estados Unidos. Este viernes, a pedido de las autoridades locales, las aplicaciones de mensajería WhatsApp, Threads, Signal y Telegram han sido removidas de la App Store en China.

El pedido del gobierno ha sido justificado con razones de seguridad nacional. Si esto te suena familiar, es más o menos lo que están argumentando en Estados Unidos para exigir la separación de ByteDance de TikTok o la prohibición de la aplicación. La Administración del Ciberespacio de China no ha dado detalle alguno sobre la naturaleza de la amenaza.

Control y represalias

Threads y WhatsApp pertenecen a la empresa estadounidense Meta. Signal esta relacionada con la organización sin fines de lucro Signal Technology Foundation con sede en Estados Unidos. Telegram, en cambio fue creada por un emprendedor ruso y actualmente tiene sus oficinas principales en la ciudad de Dubai, Emiratos Árabes.

Resulta claro que, además de la necesidad de controlar las comunicaciones, la medida es una represalia. En el caso de Telegram quizás pese algo el enfrentamiento que a menudo ha mantenido la empresa con el gobierno ruso. Dado que ninguna de las aplicaciones citadas se utiliza mucho en el país es probable que para la gran mayoría de la población la medida pase desapercibida.

Algunas diferencias claves

Aunque en Estados Unidos y otros países de occidente existen planes para prohibir TikTok, hay algunas diferencias claves a destacar. Primero, que esta medida sigue los procesos legales correspondientes. E incluso es susceptible a presentaciones judiciales.

Segundo, que el problema no es TikTok en sí, la red, el uso que hacen las personas de la misma en general no supone mucho conflicto. El problema es el conjunto de capacidades técnicas que tiene el administrador para utilizar la información de los usuarios con fines políticos o para intereses particulares. Y la relación de ByteDance con el gobierno chino. Si Apple misma colabora sin protestar cuando el gobierno chino se lo exige, poco más puede esperarse de ByteDance.

La actitud de la empresa, enviando mensajes a todos sus usuarios en Estados Unidos para que se quejaran con sus representantes en el congreso, solo ha servido para aumentar las alarmas. Una confirmación de su instrumentalización para fines políticos.

Sin embargo, es oportuno criticar que aunque la empresa quede en manos de una compañía local, seguirá teniendo las mismas capacidades técnicas.