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Inevitablemente, la tarjeta gráfica termina llenándose de polvo como todos los demás componentes incluso aunque tengas filtros anti polvo en el PC, y llegará un momento en el que deberás limpiarla. No obstante, desmontar una gráfica para limpiarla puede ser algo bastante engorroso, especialmente si no tienes experiencia o si no quieres perder la garantía, así que a continuación vamos a enseñarte cómo limpiar la tarjeta gráfica lo mejor posible sin llegar a desmontarla.
Realmente desmontar la tarjeta gráfica para limpiarla no tiene demasiado misterio, pero si no tienes experiencia, materiales (pasta térmica) o si no quieres perder la garantía (ya que muchos fabricantes la anulan si la desmontas) tendrás que conformarte con hacerle una limpieza por encima, con lo que realmente la podrás dejar casi impecable (exceptuando, claro, que llegará un momento en el que también tengas que cambiarle la pasta térmica).
Materiales necesarios
Esencialmente necesitarás tres cosas para limpiar la gráfica sin desmontarla: un bote de aire comprimido, toallitas húmedas no perfumadas (ojo que las de bebé suelen estarlo y eso deja residuos que no nos interesa que queden en la gráfica) y bastoncillos para los oídos.
Cómo limpiar la gráfica sin desmontarla
El primer paso siempre debe ser utilizar el bote de aire comprimido, ya que es lo que servirá para quitar la gran mayoría de polvo y, más concretamente, el hollín acumulado entre las láminas del disipador de la gráfica.
Si tu tarjeta gráfica es de tipo blower, asegúrate de NO usar el aire comprimido por la parte de atrás de la gráfica (donde están las salidas de vídeo), ya que con eso solo empujarás la suciedad hacia dentro de nuevo. En lugar de eso, lo que debes hacer es apuntar a los bordes del ventilador, de manera que el aire entre dentro. Si lo haces bien, verás que la suciedad sale precisamente por la parte trasera de la gráfica.
Si tu gráfica no es de tipo blower sino con ventiladores normales, debes aplicar el aire comprimido desde la parte superior para que la suciedad salga por la inferior, asegurándote bien de que lo aplicas por toda la horizontal de la gráfica para intentar dejar limpia todo el interior del disipador.
El siguiente paso consiste en utilizar las toallitas húmedas para limpiar toda la superficie de la gráfica, esmerándote especialmente en los ventiladores y concretamente en su zona inferior, que es donde se acumula la suciedad. Para ello deberás meter los dedos con la toallita, con cuidado de no doblar demasiado las aspas del ventilador. Si se doblan un poco no pasa nada, ese plástico es flexible, pero aun así ten cuidado de que no se doblen mucho o podrías partirlas.
El último paso, especialmente importante si la gráfica es de tipo blower, es utilizar los bastoncillos para los oídos para limpiar la rejilla de la parte trasera. Si quieres puedes humedecer levemente los bastoncillos con alcohol isopropílico, pero no es obligatorio ya que simplemente es para terminar de retirar la suciedad que haya podido quedar en la rejilla tras haberla sacado por esa zona con el aire comprimido.
Con estos tres pasos, ya habrás visto que limpiar la tarjeta gráfica sin desmontarla no es un proceso para nada complicado y que, de hecho, deberías de realizar al menos una vez cada seis meses. Ya cambiar la pasta térmica es un proceso más laborioso (pero no complicado), y puedes dejarlo estar perfectamente 2-3 años sin problema, cuando la gráfica ya esté sin garantía.
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