Todos conocemos que los PCs tienen la posibilidad de entrar en estado de suspensión, o que incluso podemos ponerlos a hibernar. Generalmente activamos estos modos para dejar el PC «dormido» cuando no lo utilizamos (o se activan automáticamente en ciertas situaciones si no configuramos el PC para lo contrario), pero de manera que cuando lo necesitemos se reactive más rápidamente que encenderlo desde cero. Pero, ¿sabes qué le sucede