La propaganda parece estar completamente fuera de control en la actualidad, pero no se trata de un «recurso» moderno, sino todo lo contrario. Ahora, si existe una cosa que debemos concederle a la propaganda en general es su formidable capacidad de adaptación a nuevos formatos de comunicación. Los dibujos animados no fueron la excepción, y apenas surgió la oportunidad, todas las potencias se volcaron a ellos para transmitir sus agendas.