El año era 1997. Los Simpsons llegaban a su novena temporada, «el principio del fin» de acuerdo con muchos fans. La Fox decidió organizar un concurso, y solicitó a la gente de Kaufman & Broad que construyera una réplica de la casa Simpson para entregar como premio. Los colores, los interiores… nada escapó a los ojos de los diseñadores que hicieron un sólido trabajo, pero ni siquiera la popularidad de