Las CPUs de nueva hornada son realmente difíciles de refrigerar, ya que, aunque conservan prácticamente los mismos TDP, la densidad calorífica con la que tienen que trabajar los disipadores y AIOs ha aumentado. Esto dificulta que consigamos buenas temperaturas, dificulta el overclock y en definitiva empeora la sensación térmica dentro del chasis. Por ello, Arctic ha lanzado una nueva AIO que promete terminar con todo esto de un plumazo: