A día de hoy se siguen usando las impresoras en una gran cantidad de entornos de trabajo. Tenemos ejemplos varios, en educación los alumnos siguen entregando sus trabajos en formato impreso, los documentos legales de juzgados y notarías también van en el mismo formato. Por lo que suponer que las impresoras estén en vías de extinción es precipitarse mucho. Sin embargo, no están exentas de problemas, especialmente en su configuración.