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Si en algún momento te has movido en círculos de audiófilos seguramente te hayas topado con alguien que te ha hablado de que va a hacerle burn-in a sus nuevos auriculares para mejorar su calidad de sonido. Pero, ¿es esto un mito o una realidad? ¿Realmente mejora la calidad del sonido? Hoy vamos a contaros en qué consiste este «ritual» de hacerle burn-in a los auriculares, y a contestar si realmente mejora o no la calidad del sonido.

El concepto detrás de este «quemado» de los auriculares es la creencia de que los auriculares nuevos funcionan mejor cuando ya tienen unas cuantas horas de uso, ya que sus piezas se «asientan», así que se fuerza esa situación.

Sería como «dar de sí» unas zapatillas que te acabas de comprar para que se ajusten mejor al pie. Si esto os está sonando a algo inverosímil es porque, efectivamente, el concepto es una pseudociencia basada en leyendas urbanas y realmente no sirve para absolutamente nada. Pero veamos los porqués.

¿Qué es hacerle burn-in a los auriculares?

Como decíamos, algunos audiófilos creen que la calidad de la salida del sonido de los auriculares recién comprados mejora tras dejarlos funcionar durante unas cuantas horas. Supuestamente, hacerle burn-in hará que las partes móviles se asienten y alcancen su «verdadera especificación», logrando así el mejor rendimiento posible.

frecuencia de respuesta auriculares altavoces

Prima facie, la lógica puede parecer plausible, como el periodo de rodaje de un motor, ya que los auriculares tienen altavoces dinámicos integrados en su interior, y otra de las leyendas urbanas que hay respecto a esto es que algunos creen que los fabricantes cubren las membranas con parafina para preservar su integridad cuando están en un almacén esperando a ser vendidos (como los neumáticos de los coches).

El proceso de burn-in consiste en preparar una lista de música o sonidos con una alta variación de frecuencias de entre 20 y 40 horas de duración en total, y a esta lista añadir largos periodos de ruido rosa y ruido blanco (para maximizar el rango de frecuencias que se van a reproducir). El proceso consiste en dejar esa lista de música y sonidos reproduciéndose en los auriculares a volumen medio durante unas 20-40 horas en total en periodos de 5-6 horas al día durante varios días, evitando además tener los auriculares puestos en el proceso.

Algunos recomiendan incluso dejar los auriculares así durante hasta 500 horas seguidas, todo un despropósito. Otros recomiendan que uses programas específicos para hacer el burn-in. El caso es que no hay un estándar, motivo por el que esto no es sino una leyenda urbana.

¿Esto mejora de verdad la calidad del sonido?

Bueno, hace un momento os hablábamos de que es un mito basado en una pseudociencia y leyendas urbanas, así que no, no mejora en absoluto la calidad del sonido, y las pruebas realizadas por estudios de grabación así lo demuestran: la realidad es que solo hay una diferencia en los primeros 5 minutos de uso, donde los diafragmas «entran en calor», pero cuando se enfrían vuelven a su situación inicial. Como el motor de un coche, vaya.

Burn-in auriculares

La parte buena es que salvo que te hayas pasado haciendo el burn-in a los auriculares (como poniendo ruido rosa a tope de volumen durante un montón de horas) tampoco es que se vayan a dañar, y de hecho lo que dan a los audiófilos que hacen esta técnica es un efecto placebo (te garantizarán que ahora tienen mejor calidad), pero nada más.

Así que ya lo sabes: por mucho que te digan que hacerle burn-in a los auriculares mejora la calidad del sonido, la realidad es que no es sino una enorme pérdida de tiempo.

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