Puede suceder que, tras habernos comprado unos flamantes auriculares con cancelación de ruido activa, pasado un tiempo de estar empleándolos, nos comience a molestar nuestras orejas. E incluso, puede que esa molestia se acabe convirtiendo en un dolor tan intenso que nos obligue a quitarnos los auriculares. O producirnos dolor de cabeza. Sin embargo, esas sensaciones tan desagradables no se deben a que nuestros auriculares estén mal diseñados. De hecho, se deben precisamente a lo contrario.

Antes de explicar el motivo por el que nos pueden doler los oídos cuando empleamos auriculares con cancelación activa de ruido, es importante explicar cómo funcionan este tipo de auriculares, que se están poniendo  bastante de moda entre los usuarios de un tiempo a esta parte.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que el sonido se transmite mediante una onda de presión en el medio en el que se produce. Cada medio tiene diferentes características para transmitir estas ondas de presión pero, como norma, cuanto más denso es el medio, mejor se transmite la onda sonora. Por ello, el sonido se transmite mucho mejor a través del agua que del aire, dado que el agua es capaz de registrar mucho mejor los cambios de presión. Y por esto mismo, no existe el sonido en el vacío, dado que no existe ningún medio en el que pueda transmitirse la onda sonora.

El auricular con cancelación activa de ruido lo que hace es escuchar el sonido ambiente que nos rodea cuando lo estamos empleando. Para ello, emplea un micrófono situado en una de las copas, que se encarga de analizar este ruido y hace que el auricular genere una onda sonora que cancele la onda de dicho ruido.

El dolor de los auriculares con cancelación de ruido activa es imaginario

El problema de la sensación desagradable que algunos usuarios experimentan al usar auriculares con cancelación de ruido activa se debe a la diferencia en la presión de aire entre su oído interno y el aire exterior. Es algo similar a lo que sucede cuando nos sumergimos dentro de una piscina y bajamos hasta el fondo de esta. O, también, cuando volamos en un avión. Estas diferencias de la presión entre el medio que nos rodea y el aire que está atrapado en nuestro oído interno son las que generan la sensación de malestar que nos obliga a destapar nuestros oídos. En ambos tipos de caso, el cerebro identifica estos cambios de presión y puede generar una sensación de malestar o incomodidad para el usuario hasta que las presiones se equilibren entre ambos medios.

Los auriculares con cancelación activa de ruido trabajan eliminando la gran mayoría de las ondas sonoras de baja frecuencia. Sin embargo, al ser eliminadas, pueden hacer que nuestro cerebro lo interprete como que estamos sufriendo un cambio de presión de aire con nuestros oídos. Al suceder esto, puede generar la misma sensación de malestar que acabamos de describir hace un momento, con la intención que intentemos equilibrar las presiones entre nuestro oído interno y el exterior. Lo que sucede es que esto es imposible, dado que no hay ningún cambio de presión entre ambos. Y es por ello que la sensación de desasosiego puede irse incrementando con el paso del tiempo, hasta que llega a ser tan molesta que nos tengamos que quitar los auriculares. En ese momento, desaparecerá esta sensación por completo.

No todos los usuarios pueden utilizar auriculares con cancelación activa de ruido

De todo lo anterior podemos deducir que el dolor que nos pueden producir los auriculares con cancelación activa de ruido es, básicamente, imaginario, dado que no está causado por un problema físico real. Es solo la manera que tiene nuestro cerebro de lidiar con este tipo de situación. Dado que este fenómeno de molestia no se produce en todos los usuarios, si se produce en vuestro caso, es mejor devolver los auriculares y emplear los que tienen cancelación pasiva de ruido.

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