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Microsoft no ha lanzado una sola consola de nueva generación sino dos distintas, con el mismo catálogo pero de diferentes especificaciones. Ambas ejecutan los mismos juegos pero en condiciones distintas. Siendo la Xbox Series S la menos potente de las dos y la que vamos a tratar en este artículo. Seguid leyendo para conocer sus secretos.

¿Qué es la Xbox Series S?

Xbox Series S

La Xbox Series S es una de las dos consolas de nueva generación que Microsoft ha lanzado este año bajo el nombre de Xbox Series, se trata de la más modesta de las dos apuestas ya que tienen menores especificaciones técnicas que su hermana mayor, la Xbox Series X, con la que no obstante pese a la diferencia en potencia comparte varios elementos y tecnologías en común.

El motivo de ello es que Microsoft ha creado una plataforma en común de desarrollo, donde la única diferencia entre tener una consola u otra es la potencia gráfica. En teoría es lo mismo que tener un PC con las mismas especificaciones, pero en el que solo la gráfica cambia. Luego veremos que no es así al cien por cien, pero no nos adelantemos.

La consola esta pensada para jugarse en televisores a 1080p y monitores a 1440p, no hay que olvidar que el estándar televisivo para televisores de alta definición y 4K no tiene como estándar la resolución Quad HD o 1440p. En todo caso es interesante saber que la Xbox Series S soporta dicha resolución pero no los 4K.

El SoC de la Xbox Series S

XSS SoC

La Xbox Series S no es una versión recortada de la Xbox Series X, por lo que hace uso de su propio SoC, el cual engloba en un solo chip todos los componentes de la consola a excepción de la memoria RAM, el almacenamiento y los chips de radio frecuencia para las conexiones Bluetooth, WiFi Direct y WiFi.

Se trata de un SoC de 190 mm2, por lo que estamos ante un SoC con la mitad del tamaño que el de la Xbox Series X, con el que comparte buena parte de sus componentes a excepción de la GPU que es menos potente y la interfaz de memoria.

La CPU de Xbox Series S

XSS CPU Zen 2

Microsoft ha decidido utilizar la misma CPU y con las mismas condiciones exactas de la Xbox Series X en la Xbox Series S, lo cual supone que estamos ante 8 núcleos Zen 2 completos, cuya configuración deriva de los utilizados en los AMD Ryzen 4000 de PC. Es decir, dos unidades CCX donde se engloba en el interior de cada una cuatro núcleos Zen 2 y 4 MB de cache L3.

Al igual que su hermana mayor puede funcionar en dos modos distintos, el primero de ellos a 3.4 GHz teniendo el SMT activo, el segundo sin el SMT activo alcanza los 3.6 GHz. El hecho de utilizar exactamente el mismo modelo de CPU pero a velocidades algo inferiores debería facilitar el traslado de versiones entre las dos Xbox Series. ¿El problema ante esto? Que la configuración de memoria es distinta y en el caso de la Xbox Series S el hecho de tener asignada a la CPU una memoria tres veces inferior que en Xbox Series X supone una carga computacional menor en los juegos.

Esto significa que pese a que la consola es la menos potente de las tres, las condiciones en las que trabaja su CPU son menos pesadas, por lo que la consola esta más optimizada para alcanzar tasas de fotogramas más altas que sus rivales. Eso si, con menor resolución y calidad de detalle.

La GPU de Xbox Series S

XSS GPU

Arquitectura base AMD RDNA 2 custom
Velocidad de reloj base 1565 MHz
Velocidad de reloj Boost No tiene
Compute Units 20
ALUs FP32 por CU 64
Potencia en FP32 4 TFLOPS
Potencia en FP16 8 TFLOPS
Potencia en Int 8 16 TOPS
Unidades de Texturas 80
Tasa de texturizado 125.2 Gtéxeles/s
ROPS 32
Tasa de Relleno 50 GPixels/s
Cache L2 2 MB
Mesh/Primitive Shaders Si
Variable Rate Shading Si
Ray Tracing Si
Sampler Feedback Streaming Si
Infinity Cache No

La GPU de Xbox Series S se basa al igual que el de la Xbox Series X en una versión a medida de la arquitectura RDNA 2 de Microsoft y pese a ser una versión de menor capacidad no se ha recortado en cuanto a las funcionalidad gráfica. Por lo que la menor de las consolas de la actual generación tiene todas las funcionalidades de su hermana mayor como es el Ray Tracing, el Variable Rate Shading y el Sampler Feedback Streaming.

No obstante hay que aclarar una serie de conceptos y malentendidos de cara a esta consola, el hecho que su localización de memoria sea diferente a la de Xbox Series S hace que no sea posible coger el juego de Xbox Series X y ejecutarlo a menor resolución y requiere versiones especiales. Por el momento la consola se conforma ejecutando versiones para Xbox Series S, las cuales ejecuta con una soltura increíble por la diferencia de potencia y el uso de una arquitectura superior como es RDNA 2, respecto a la arquitectura GCN, por no hablar de la diferencia en cuanto a la CPU.

Por lo que estamos ante un hardware que a día de hoy no es aprovechado por el hardware que lo ejecuta y que al contrario de lo que mucha gente cree no se trata de una versión recortada en gráficos de su hermana mayor, sino de una consola aparte por si misma que requiere de optimizaciones propias. Lo cual en el entorno de desarrollo de Xbox en estos momentos no es un problema, ya que los desarrolladores pueden optimizar sus juegos para esta consola y sacar perfiles de rendimiento únicos. Eso si, no es una consola 4K, por lo que no os esperéis poder reproducir los juegos a dicha resolución de manera nativa, ya que no puede hacerlo.

Memoria RAM

Troquel Xbox Series X

  Canal 1 Canal 2 Total
Área 1: 8 GB GPU a 114 GB/s GPU a 114 GB/s 224 GB/s
Área 2: 6 GB CPU a 56 GB/s GPU a 114 GB/s 170 GB/s

La Xbox Series S tiene una configuración particular de memoria, ya que estamos ante un SoC con un bus de 128 bits GDDR6 a una velocidad de 14 Gbps, por lo que Microsoft utiliza los mismos chips de memoria en sus dos consolas. Pero en el caso de la Xbox Series S tenemos unos 10 GB de memoria. La explicación a los 10 GB es sencilla, el cuarto canal utiliza el modo Clamshell o modo x8 de la GDDR6, en dicho modo se pueden colocar 2 chips de memoria bajo una mismo canal en vez de uno. Para ello se coloca el primer chip en los primeros 8 bits de cada canal y el otro chip en los otros 8 bits. El resultado de esto es que no se aumenta el ancho de banda sino que se reparte entre ambos.

La configuración de memoria de 10 GB es menor que la configuración de 16 GB de la Xbox Series X, y a primera vista dado como se reparte la memoria entre CPU y GPU en la Series X y que la parte de la CPU es indispensable, podríamos llegar a pensar que estamos ante una configuración de 6 GB para la parte de la CPU y de 4 GB para la GPU, lo cual tendría sentido a la hora de portar juegos. ¿La realidad? No es así y la parte asignada a la CPU es de solo 2 GB de información y el resto es para el resto de funciones del sistema. No podemos olvidar que el sistema operativo y las funciones en segundo plano ocupan también espacio en la RAM.

La reserva  de memoria en la Xbox Series X es de 2.5 GB, pero hemos de tener en cuenta que dentro de la misma se encuentra parte de la memoria RAM reservada para grabar el contenido a 4K, lo cual es mucho mayor espacio ocupado. Además los sistemas operativos de Microsoft dejan una porción muy pequeña de su potencia a renderizar en segundo plano la interfaz de la consola que se encuentra ejecutando en segundo plano, por lo que la reserva de la memoria para el sistema operativo es menor.

Almacenamiento SSD

Xbox Series S SSD

la Xbox Series S dispone de la misma tecnología de almacenamiento que las otras dos consolas, la PlayStation 5 y la Xbox Series X, con esta última comparte toda la tecnología de almacenamiento sin cambio alguno, por lo en este aspecto Microsoft no ha recortado al menos en apariencia, y este es un punto negativo que hemos de tener en cuenta.

Mientras escribo este articulo tengo en mi campo de visión una Xbox Series X con 1 TB de almacenamiento y sinceramente me falta espacio para almacenar todos los juegos. No olvidemos que la Killer App de Microsoft en estos momentos es el Game Pass donde ofrecen una ingente cantidad de juegos por una módica suscripción y el hecho de estar instalando y desinstalando juegos por solo tener 0.5 TB, menos realmente, es un engorro. A Microsoft no le hubiese costado nada haber incluido un SSD de 1 TB, lo hubiese tenido realmente fácil haciendo uso del mismo disco SSD que han incluido de serie en la Xbox Series X. Siendo la parte más negativa de esta consola desde el punto de vista de quien escribe estas líneas de esta consola de Microsoft.

Almacenamiento externo XSS

De cara a las opciones de expansión, la consola soporta las mismas tarjetas de memoria que su hermana mayor, la Xbox Series X, la cual utiliza variantes de las tarjetas CF Express fabricadas por Seagate por Microsoft. Las cuales como ya os comentamos tienen un alto precio y por lo que cuesta una Xbox Series S y una de estas tarjetas es mucho mejor ir por una Xbox Series X, la cual tiene mucho mejor hardware y esta más preparada de cara al futuro.

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