Certificación 80 Plus

Para todos los aficionados y los no tan entendidos en hardware, la certificación 80 Plus en una de sus muchas variantes es normalmente un indicativo de si una fuente de alimentación es buena o no. ¿Esta fuente tiene certificado 80 Plus Platinum? ¡Entonces seguro que es de gama alta! La realidad es bien diferente, y en este artículo te vamos a contar cómo funciona el proceso de certificación 80 Plus y por qué no siempre es un sinónimo de fiabilidad en cuanto a la eficiencia de las fuentes de alimentación que compramos para PC.

La finalidad última de esta certificación es la de garantizar que una fuente de alimentación tiene unos mínimos de eficiencia energética, algo que siempre nos interesa en el mundo del hardware porque significa que no estaremos gastando más electricidad de la necesaria. Por ejemplo, si una fuente de alimentación tiene una eficiencia del 90% significa que si está entregando 500 vatios de potencia, en realidad está consumiendo unos 556 vatios, así que se están desperdiciando 56 vatios de consumo.

Cómo funciona la certificación 80 Plus en fuentes de alimentación

Tras pagar unas cuotas de inscripción bastante elevadas, un fabricante envía una muestra de su nueva fuente de alimentación a la entidad para que verifique su eficiencia. En ese momento la fuente se somete a ciertas pruebas de carga en las que se mide su eficiencia a diferentes niveles de carga y, en base a los resultados, se les entrega una u otra etiqueta 80 Plus que define su eficiencia mínima. Aquí podéis ver como ejemplo el reporte de certificación de una fuente de alimentación SG-1200 de Antec:

Reporte Certificación 80 Plus

Como podéis ver, se miden voltajes en los diferentes canales, así como los vatios de entrada y salida (y con estos, se calcula la eficiencia) en situaciones del 20%, 50% y 100% de carga (en los últimos tiempos también se mide la eficiencia al 10% de carga). Podéis ver en el ejemplo que para dar 1202 vatios de salida, esta fuente necesita 1382 vatios de entrada, entregando una eficiencia del 87% al 100% de carga.

Estas pruebas son bastante rigurosas y fiables, y denotan efectivamente la eficiencia de una determinada fuente de alimentación y nos da una idea de lo buena o mala que es.

¿Es fiable esta certificación?

La respuesta corta es que no, y no es fiable por diferentes motivos. Para empezar, el fabricante envía dos unidades de la fuente de alimentación a la entidad y son las que se utilizan para las pruebas, pero el resultado es simplemente una referencia y esto significa que no todas las unidades de fuentes de alimentación del fabricante pasan la prueba; dicho de otra manera, solo dos unidades pasan la prueba y el resto de unidades que se fabrican (que fácilmente serán miles de unidades) no la pasan, asumiendo que como se fabrican igual darán los mismos valores.

La realidad es diferente; obviamente, si una fuente se fabrica con el mismo proceso exactamente que otra lo normal es que de el mismo resultado, pero el problema es que las condiciones ambientales pueden cambiar, así como pueden cambiar los componentes internos utilizados, los lotes de material, etc. Por poner un ejemplo, digamos que un fabricante utiliza cierto proveedor de cobre para fabricar los componentes de su fuente, pero pasado el tiempo cambia de proveedor a otro que se lo deja más barato.

Obviamente, el cobre es cobre pero depende del proveedor puede tener unas propiedades u otras y cambiar el desempeño final de la fuente de alimentación. Esto es solo un ejemplo con el cobre pero que puede aplicarse a otros componentes como transformadores, condensadores y otros componentes internos, y a pesar de que hayan cambiado cosas en la fuente, seguirán teniendo el mismo sello de certificación 80 Plus que obtuvo esta familia inicialmente.

80 Plus se ha convertido en un mero sello de marketing

Este ejemplo que os hemos puesto es solo la punta del iceberg en cuanto al sello 80 Plus. En la actualidad y como hemos dicho en la introducción, la mayoría de usuarios lo toma como un sinónimo de calidad, y esto era así en los inicios pero actualmente ya no es sino un plus que los fabricantes deben pagar como parte de su programa de marketing, y es que si en la actualidad cualquier fabricante lanzara una fuente de alimentación al mercado que no portada el sello de la certificación 80 Plus, es bastante probable que no muchos usuarios se aventuraran a comprarla por muy buena que fuera porque no se fiarían.

Fuente 80 Plus Platinum

Cualquier fabricante que quiera que su fuente de alimentación porte el sello 80 Plus deberá pagar una serie de cuotas que no son baratas precisamente, y que encarecen bastante el coste del producto. Por ejemplo, hay una cuota de 5.000 dólares solo por inscribirse en el programa de certificación, y luego se debe pagar 6.000 dólares más para cada uno de los modelos individuales en los que se quiera obtener la certificación. Así, si por ejemplo un fabricante lanza al mercado una familia de fuentes que consta de modelos con 500, 600, 700, 800 y 1000 vatios, deberá pagar en total 30.000 dólares, mas 5.000 adicionales si no estaba inscrito anteriormente en el programa.

Costes 80 Plus

Hay que tener en cuenta un factor adicional: el rebranding. Como sabéis hay fabricantes que fabrican fuentes de alimentación para terceros, como por ejemplo Channel Well (CWT) que fabrica fuentes para DeepCool o Corsair. CWT pagará sus tasas para obtener la certificación 80 Plus correspondiente, pero las terceras compañías solo tendrán que pagar 3.500 dólares para obtener el sello en sus fuentes a pesar de que hayan introducido cambios en éstas, cambios que muchas veces son solo estéticos pero que también muchas veces incluyen cambios internos.

Estas fuentes no pasan de nuevo por el proceso de certificación y evaluación, tan solo «pasan por caja» para obtener el derecho de portar el sello 80 Plus y nada más, a pesar de que hayan metido sustanciales modificaciones que obviamente afectarán al rendimiento de la fuente de alimentación.

En resumidas cuentas, en la actualidad la certificación 80 Plus es un mero coste de marketing que los fabricantes asumen porque, como hemos explicado antes, si no los usuarios no se fiarían a la hora de comprar una fuente de alimentación, pero la realidad es que ni aporta tranquilidad ni fiabilidad con respecto al desempeño de la fuente de alimentación.

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