Así lo ha advertido un reciente estudio de la Universidad de Lancaster. El problema está en el crecimiento del consumo de energía. ¡Comparte esta noticia!

El streaming de videojuegos parece ser la solución para las necesidades de hardware, cada vez más elevadas, que suponen algunos títulos.

Sin embargo un estudio realizado por la Universidad de Lancaster ha advertido que este servicio podría aumentar las emisiones de carbón del sector en hasta en un 30% durante la próxima década (En caso de una adopción del 90%).

El streaming de videojuegos es simplemente un gran consumidor de energía.

Una conclusión repetida

En 2016 Evan Mills, director del proyecto Green Gaming del Departamento de Energía del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley llegó a una conclusión similar.

En efecto, el cloud gaming podría suponer un aumento del uso de energía del 17% para la actividad.

Multiples instancias de consumo

En el streaming de juegos los procesos que antes se realizaban de forma local quedan a cargo de un servidor remoto que envía luego la información de los gráficos y el sonido al equipo del usuario. El usuario transmite los comandos con los que interactúa con el juego.

Bajo este esquema es necesario considerar el consumo de energía en el origen, la conexión y el destino.

Un dispositivo de streaming que consume 10 watts en un hogar puede llegar a utilizar 520 watts de una red y centro de datos. Las consolas consumen en promedio un 156% más de energía cuando utilizan servicios de cloud gaming.

A favor

Algunos factores favorecen el streaming de videojuegos aún considerando lo señalado. Por un lado sería posible distribuir equipos que consuman menos energía, dado que el procesamiento local ha sido trasladado. Las consolas durarían más tiempo antes de ser reemplazadas, lo que supondría menos basura electrónica y menos consumos de recursos en la distribución de hardware. También se evitarían los procesos de descarga.

Eficiencia y demanda

Google y Microsoft, responsables de Stadia y xCloud, afirman que sus servicios son neutrales en términos de emisión de carbón y resaltan la eficiencia energética de los centros de datos. Lo que podría suponer que el streaming de videojuegos es más sostenible a nivel ambiental que el modelo clásico de procesamiento local.

Sin embargo el problema es que no hay buena información sobre los centros de datos.

Dos factores en competencia son señalados como claves en todos los estudios. El desarrollo de tecnología que haga que el consumo de energía sea más eficiente y el aumento del tráfico en Internet.